martes, 1 de abril de 2014

Capítulo 20.

Libros, libros y más libros. No es que me disgustasen, era aficionada a la lectura cuando sacaba algún hueco, pero colocarlos en sus respectivas estanterías, por orden alfabético, no era tan divertido.
No miento cuando digo que me dolían los brazos de cargar con ellos y las piernas de tanto subir y bajar escaleras; porque eso era otra cosa, las estanterías de aquella biblioteca eran enormes.
La bibliotecaria me había mandado a colocar los libros mientras ella se encargaba de apilarlos. Ese era mi castigo. ¿Que si preferiría estar haciendo cualquier otra cosa? Sí, pero al menos me servía de distracción, porque falta me hacía después de todo lo ocurrido el día anterior.
Después de dejar medio pasmado a Carter, corrí de nuevo al salón de actos en busca de Cinthya, ella tenía que saber que la vampira no estaba muerta; la vampira que estaba al tanto de mi nuevo don. Tom también tenía que saberlo, pero puesto que no me dirigía la palabra, decidí recurrir directamente a ella.
Por suerte, estaba con Mía y Tiffany donde las había dejado, a si es que tras inventarme una excusa, saqué a mis dos amigas de allí y fuimos a buscar al resto del grupo. Merecían saber que un vampiro merodeaba por los alrededores del instituto, así podríamos organizarnos mejor, aunque la cosa no fue como me esperaba.
Daniela, como siempre, no paraba de poner impedimentos. Mientras que yo insistía en que debíamos  hacer algo, ella contraatacaba con que para eso estaban los guardianes.
-¿¡Es que no te das cuenta!? -vociferé a punto de explotar- ¡No podemos dejarlos que se enfrenten solos a esto, es nuestro deber! ¡PARA ALGO ESTAMOS AQUÍ!
-¿Me estás diciendo que luchemos contra algo que ni siquiera existe? -se rió.
Juro que estaba sacando paciencia que ni si quiera sabía que tenía, porque de no ser así, la muy .... se habría llevado otro par de puñetazos y esta vez no habría nadie que nos separase.
-¿Es que no puedes créeme por una vez? -suspiré cansada.
-Es que es absurdo todo esto... 
-¿Absurdo? -me llevé las manos a las sienes, estresada por la situación-. Absurdas son las nuevas normas que han impuesto y créeme cuando te digo que sé de primera mano que hay un vampiro por ahí suelto y a saber si no hay más.
-Alex tiene razón -Christian salió en mi defensa-. Las normas que han puesto son totalmente absurdas y algunos de mis amigos de aquí me han dicho que no suelen hacer este tipo de cosas...
-¿Y por eso ya tenemos que remover cielo y Tierra? -preguntó Daniela divertida.
-Tampoco debemos quedarnos de brazos cruzados ¿no crees? -insistió mi amigo. 
Le sonreí agradecida por su apoyo. Sabía que muchos tenían miedo a Daniela, por lo que ver que alguien opinaba como yo y no era tan cobarde de callarse, era algo de mi agrado.
-Lo que creo es que es otro jueguecito de Alex para llamar la atención, eso es lo que creo.
-¿Qué? -medio grité, incrédula- ¿A qué te refieres ahora? Sabes que yo no me ando con rodeos y que...
-Estoy al tanto de que últimamente ves... ¿cómo decirlo? Cosas que no existen -me sonrió con malicia, cruzándose de brazos-. ¿Es que te estás volviendo loca?
*¿Cómo es posible...?* Intenté articular palabra, pero me quedé de una sola pieza. Sentí como todo mi cuerpo empezó a temblar; no sabía si de rabia o de conmoción, solo que era como si estuviera sobre un terremoto. El resto giraron sus cabezas hacia mí, clavando sus miradas en todo mi ser, incluso Tom, para el que era invisible desde hacía muchos días.
Cinthya, que estaba al tanto de lo ocurrido, se acercó por detrás y puso una mano en mi hombro en señal de apoyo. ¿Cómo podía ser que Daniela estuviera al tanto de eso? La única que lo sabíamos eramos Cyn y yo y me jugaría la vida a que mi mejor amiga nunca me traicionaría de esa forma.
-Alex... Alex -me susurró Cyn al oído con un pequeño zarandeo- Estoy aquí ¿vale? No pasa nada.
Con esfuerzo, fui capaz de tragarme el nudo que se había formado en mi garganta y asentir. Era lo máximo que podía hacer.
-Está bien -gritó Daniela triunfal, con una palmada- a partir de esta noche los grupos se harán de cinco en cinco, al menos esta noche. Si veis algo no dudéis en comunicarlo al resto. El primer grupo estará formado por: Tom, Cinthya, Mía, Alex y Christian; el segundo grupo por el resto. 
Después de las nuevas órdenes, todos nos dispersamos, aunque a mí me costó lo mío salir del estado de shock, sobretodo después de las últimas palabras dirigidas por Daniela hacia mi persona, cuando iba algo más rezagada que el resto. ¨Me las pagarás, zorra¨.
Esa noche no pegué ojo, en parte porque tuvimos una guardia de tres horas y tuvimos que cubrir toda la zona en busca del vampiro; en parte por la conmoción y la incógnita de que Daniela estuviera al tanto de mis idas de olla y en parte por ese ¨me las pagarás zorra¨. Cada vez que revivía el momento en el que me lo digo y la forma como lo hizo, se me ponían los pelos de punta.
-Toma, cielo -la bibliotecaria me tendió otro par de libros- ya vamos por la H. Alegra esa cara -me sonrió desde abajo, puesto que yo estaba subida en las escaleras.
-Yupi -exclamé sin ánimos.
Estaba harta de colocar libros. Prefería estar fuera cortando hierbajos antes que eso. *¿Qué clase de castigos son estos? ¿Llegas tarde a clase? Pues ala, toma, que te vas a cansar de hacer trabajos para el instituto*.
Cogí los libros y los fui colocando uno por uno. La suerte que tenía era que Charity, la bibliotecaria, me los daba ya ordenados. Era maja; al menos, me hacía el castigo más a meno.
Estaba terminando de colocar el último libro del volumen ¨Historias Coloniales¨ cuando uno  se me cayó de las manos y por evitar que llegara hasta el suelo, me tambaleé sobre las escaleras, perdiendo el equilibrio y dándome el guarrazo del siglo.
-¡Mierda!
-¡Alex! ¡Por el amor de Dios! -gritó Charity asustada- ¿estás bien?
-Sí, sí... solo ha sido un susto.
-¿¡Un susto!? -Sí, había caído desde una altura considerable, pero tampoco era para tanto, aunque luego caí en que se suponía que yo era una humana normal y corriente. De haberlo sido, me habría fracturado algún hueso.- ¿De verdad estás bien? -me tendió la mano para ayudarme a levantarme, la cual,  cogí agradecida.
-Sí de verdad, estoy bien. -Le sonreí para tranquilizarla.- Me duele un poco el culo, probablemente me salga un buen moratón.
-Ay, pobrecilla. Siéntate un rato anda, yo me subiré a la escalera y tú me darás los libros; ¿de acuerdo?
-Bien. -Asentí.
Era cierto que me dolían las posaderas, había caído de espaldas y al sentarme en la silla fue cuando me di cuenta de que, probablemente, tendría algo roto, pero no era problema dado que curaría en un santiamén.
La siguiente hora trabajamos en silencio; yo ordenaba los libros y se los iba pasando mientras que ella se encargaba de colocarlos en su estante correspondiente. Seguía alucinada con la cantidad de libros que había en aquel lugar. Aún íbamos por la letra H y ya habíamos rellenado tres estanterías enteras.
-¿No se aburre? Entre tanto libro, digo.
-¿Por qué será que siempre me preguntan lo mismo? -se rió, dirigiendo la pregunta más para sí misma que para mí.- Cada libro es un mundo nuevo.
-Sí, lo sé, pero... las bibliotecas son siniestras.- Arrugué la nariz con un escalofrío.
-¿Siniestras?
-Sí. Todo el mundo en silencio, estudiando o haciendo quién sabe qué. No me gusta el silencio.
-Llegas a acostumbrarte. -Se rió de nuevo.- Venga, que queda poco, pásame otro libro.
Mientras ella buscaba el lugar exacto en el que debía ir colocado, yo les iba echando un vistazo por encima. Había algunos interesantes, no digo que no, pero la mayoría me eran indiferentes, sobretodo en la sección de historia -teniendo en cuenta que pertenecíamos a continentes distintos- o al menos eso creía, hasta que uno captó mi atención.
Era negro con las letras doradas y de pasta dura, como los que a mí me gustaban. No era nuevo, como muchos otros, este tenía pinta de ser bastante viejo. En la portada podía leerse ¨Historias sobrenaturales. El mundo oculto¨. Lo abrí para echarle un vistazo y en efecto, estaba en lo cierto, era muy antiguo, tanto que me sorprendía que no se hubiera convertido en polvo con tan solo mirarlo.
Estaba repleto de dibujos hechos a manos. Tenían pinta de que, en una época anterior, estaban rellenados de vivos colores, pero que con el paso de los años habían ido perdiendo el tono. La letra era alargada y pasada de moda, incluso algunas palabras estaban medio borradas. Pero me resultó magnífico.
No fue hasta cuando llegué al capítulo diez, cuando me di cuenta de lo que realmente tenía en la mano. Hablaba sobre la creación de los vampiros, sobre la separación de mi raza y la de los Marwolaeth y lo más importante, hablaba sobre los Avengers.
La palabra resonó en mi interior como si alguien la estuviera gritando desde lo más profundo de mi ser. Había estado dándole vueltas desde el día que descubrí su existencia, intentando averiguar su significado, aunque no con mucho éxito. ¿Tendría aquel libro las respuestas a mis preguntas? Tenía que descubrirlo.
-¿Te vas a quedar todo el día contemplando el libro o me lo vas a pasar?
Al parecer Charity me había estado hablando, pero yo había estado tan absorta en mis pensamientos, alegre por haber dado un paso hacia delante, en vez de hacia atrás, que no la había escuchado.
-¿Qué significa Avengers?
-¿Qué? -mi pregunta la había sorprendido, pero ¿a quién mejor que ella podía hacérsela? Se pasaba el día en la biblioteca, estaba segura que lo sabría.
-Avengers -repetí con una pequeña esperanza-, ¿qué significa? Aquí, mira -le señalé el lugar donde la había leído.
La chica cogió el libro y se lo acercó, empujándose las gafas hacia arriba por el punte de la nariz. Lo miraba con mucho detenimiento, pero no se arrancaba a hablar. Con cada segundo, mi esperanza iba disminuyendo.
-Creo que es galés -dijo por fin-, pero no estoy muy segura. Se escribe igual que Vengadores en inglés. *¿Vengadores?* Pues claro que se parecía. ¡Qué tonta! No es que se pareciera, se escribían igual. Si aquella palabra formaba parte de la creación de los vampiros, no me extrañaba que fuera galés antiguo, dando que el primer foco surgió en Escocia, con las antiguas tribus británicas. Era una empollona en historia vampírica.
-¿Puedo quedármelo? Solo para echarle un vistazo y tal, lo devolveré en seguida, lo prometo.
-Sí bueno ¿por qué no? -se encogió de hombros.- De todas formas, ahora vengo, que me he quedado con la duda. Sigue ordenando el resto de libros, hoy terminaremos la H y el resto ya continuaré yo.
-¿Sola?
-Claro querida, es mi trabajo. Además, solo estás castigada un día -sonrió-, no quiero abusar.
Me preguntaba como una chica como ella, que parecía tan alegre y vivaracha había acabado siendo un ratón de biblioteca en  una academia alejada del resto de la humanidad. La respuesta no tardó en llegar: protección. Pues claro, cualquiera que estuviera al tanto de la existencia de los ¨chupa sangre¨, como muchos nos llamaban, darían lo que fuera por proteger sus vidas.
Como me pidió, seguí ordenando los libros por orden alfabético, no sabía si también tenía que ir colocándolos en las estanterías y a la vista de su tardanza, decidí echarle una mano y hacerle el trabajo más fácil.
Esta vez, con mucho más cuidado y procurando mantener bien el equilibrio para que ninguno de los cinco tochos que llevaba en la mano se cayeran, trepé por las escaleras, aunque mi plan se fue al garete cuando escuché un portazo y vi a Cárter andando en mi dirección echando chispa por las orejas.
-¿¡Qué haces aquí!? Estoy harto de que te saltes mis clases o de que hagas lo que te venga en gana.
¿Cómo que saltándome su clase? No me había saltado su clase y mucho menos por gusto. Me encantaban.
Estaba claro que allí había algún malentendido. Si se pensaba que iba a pasar del entrenamiento por colocar libros es que estaba completamente loco.
-No me he saltado ninguna clase.
-¿A no? Entonces dime ¿qué haces aquí? Porque el resto de tus compañeros están dando vueltas al campus.
-Oye mira... - empecé la frase con calma, diciéndome a mí misma que mantuviera el control. Terminé de colocar el último libro en su sitio.- Tenía que cumplir un castigo, por eso estoy aquí.
-¿A si es que un castigo? -preguntó con clara ironía. A medida que pronunciaba una palabra, su tono iba siendo progresivamente más alto que con la anterior. Estaba enfadado y de verdad. Tenia los puños tan apretados que podía distinguir la sangre fluir por sus venas.
-Oye, Carter, en serio, tenía que cumplir un castigo. Charity, la bibliotecaria me dijo que ella se encargaría de decírtelo, no te enfades conmigo por algo que no ha sido mi culpa...
-¡También podías haber ido tú! -me cortó con el grito puesto en el cielo. Me estaba poniendo muy nerviosa, tanto que las manos me empezaron a sudar.- No le eches la culpa a Charity.
-¡Oye mira, si quieres no creerme ese es tu problema!
Adiós autocontrol. Estaba harta de que la gente no me creyera. Era cierto, no había sido mi culpa, todo era tan sencillo como esperar a Charity y que ella me diera la razón, pero me daba la sensación de que mi profesor no esperaría a nada y que por mucho que la bibliotecaria me defendiera, se mantendría fijo en su postura.
Decidí que lo mejor era no permanecer en ese estado tan alterado en una altura tan alejada del suelo y así poder enfrentarme a Carter cara a cara. No iba a achantarme. Pero mis pies y manos, de forma independiente, tomaron la decisión de no trabajar en equipo. A si es que mis manos, resbaladizas por el sudor, se deslizaron por la superficie esmaltada de las escaleras y mi pie derecho no fue capaz de mantener el equilibrio en el peldaño. En un abrir y cerrar de ojos, estaba volando por los aires.
Apreté con fuerza los ojos, esperando otro golpe en la columna, pero no llegó. En cambio, lo que noté fueron dos fuertes manos; una en mi espalda y otra bajo mis piernas.
-¿Estás bien, Alex?
Era sorprendente como sonaba su voz tan cerca. En esos momentos, el mundo se detuvo a mi alrededor.
¿Que si estaba bien? ¿Cómo no estarlo cuando me tenía cogida en brazos? Era una pregunta absurda.
*Alex... recuerda que no es posible* dijo la vocecita en mi cabeza, la cual, tenía razón, pero era sumamente molesta.
-S-sí -conseguí pronunciar al fin.
Me fijé en sus ojos. A penas había una pizca de color; eran completamente negros. No sabía si debido al susto, al enfado o a cualquier otra sensación como excitación. Así era como me sentía yo. Cada vez que sentía su contacto o su presencia, era como si nada más existiera a mi alrededor.
-Bien.
Lo conocía desde a penas un mes y había tenido los momentos más intensos y las discusiones más absurdas que con nadie a quien conociera desde hacía tiempo. A veces era encantador, pero otras era agotador y desesperante, como en ese momento. Tuve que obligarme a recobrar la compostura y recordarme que tan solo hacía unos segundos estábamos discutiendo por una injusticia.
-Puedes soltarme ¿sabes? -dije con dureza.
Con un suspiro y un brillo de diversión en los ojos, lo hizo; me soltó. No me depositó en el suelo o me ayudó a mantener el equilibrio; no, me dejó caer al suelo, literalmente.
-Hijo de... -me levanté a toda prisa, para evitar que así disfrutara de la situación, aunque ya se estaba riendo.
-¿Nunca te han dicho que dices muchas palabrotas? -se rió.
-¿Y a ti que a veces eres un capullo? -contraataqué.
Nos quedamos mirando, él con su sonrisa que tan loca me volvía y yo con mi cara de seriedad absoluta y los brazos cruzados; esa cara que decía ¨como me toques la moral, te parto la cara¨. Pero ¿a quién quería engañar? ¿De verdad me estaba enamorando de mi profesor? ¿De un humano? Eso si que era un acto suicida y no la historia de Romeo y Julieta.
-Si, como te decía, Alex, es una palabra galesa, que... oh, hola profesor Rojas.
Charity apareció tras una de las estanterías con un libro blanco en las manos. Algo me dijo que la presencia de Carter la ponía nerviosa, bueno, más que algo, el constante contoneo y cambio de peso en sus pies y la sonrisa boba que se le dibujó en la cara. Eso, me cabreó aún más.
-Charity -le saludó él con un asentimiento.
-¿A qué se debe su presencia? ¿No tiene clase?
-Sí, de eso justo quería hablar yo. -Intervine antes de que Carter pudiera contestar.- Está aquí, porque dice que me he saltado su clase, algo que no es cierto.
-Oh, que tonta soy. -Susurró la bibliotecaria, dándose un golpe en la frente con la palma de su mano.- Se me olvidó avisarle. Tanto papeleo...
¡Al fin alguien que me apoyaba! Miré a mi profesor con una sonrisa de suficiencia, orgullosa por mi victoria, lo que hizo que la suya desapareciera, dejando paso a una mueca de seriedad. Algo me decía que no estaba contento teniendo que darme la razón.
-Está bien -asintió con dureza- no pasa nada, ya recuperará la hora.
*¿En serio? a mi me echa la bronca del siglo y a ella le dice que no pasa nada?* Estaba muy enfadada, demasiado diría yo y él se percató por la mirada de odio que le dirigí. En cambio, Charity seguía con su sonrisa de oreja a oreja. Quería borrarsela de un guantazo.
-Tú -Carter me señaló con el dedo índice- mañana tendrás doble sesión, espero que estés preparada.
Cuando mi profesor se marchó y a la bibliotecaria dejaron de echarle chispas los ojos por el embobamiento, continuamos con nuestro trabajo hasta bien entrada la tarde; no obstante, me dejó marchar un rato antes de la hora de la cena para poder dejar el libro en mi habitación. No quería que le pasara nada.
Bajé con Tiffany al comedor, donde nos encontramos con Mía y Chirstian. Le insistí a mi compañera que cenara con nosotros, pero roja como un tomate, se negó en rotundo.
-¿Y Cyn? -pregunté mientras servían la cena.
-Me ha dicho que no se encontraba bien y se ha quedado en la habitación.
-Vaya... ¿qué le pasa?
-Si te digo la verdad, no lo sé -se encogió de hombros.
-Bueno, esta noche os haré una visita.
-¿Se puede saber qué le pasa a Tom? -intervino Christian, hasta entonces ausente en la conversación.
Ninguno estaba al tanto de lo sucedido entre el chico y yo, solo Cyn y tampoco me sentía con ánimos de contarles nada. Eché un vistazo tras mi espalda, ahora Tom se sentaba con Will y compañía, al parecer, había hecho muy buenas migas con su compañero de habitación.
Me molestaba que estuviera en ese plan, no era que me gustase, simplemente... me había acostumbrado a su apoyo y era mi amigo por mucho que antes hubiéramos tenido una relación amorosa. Le echaba de menos. Ciertamente, estaba harta de aquella situación.
Con paso decidido, me incorporé en mi asiento bajo las miradas incrédulas de mis dos amigos y fui hasta la mesa de Tom, donde también estaba Will, con quien tenía una conversación pendiente.
-¿Puedo hablar contigo? -medio susurré, dándole un par de toquecitos en el hombro a Tom; pero ni se inmutó, por lo que volví a insistir:- Tom, necesito hablar contigo.
-¿Segura? -se giró en su silla, con una expresión de pocos amigos-, quizás piensen que estamos saliendo y te ofendas, mira a ver...
-¡Joder Tom! ¿En serio? -Podía ser una orgullosa y una cabezona, pero sabía cuando cometía un error y tenía que arreglarlo, pero que siguieran metiendo el dedo en la llaga, después de rebajarme, era algo que me sacaba de mis casillas.- ¿Hasta cuándo vas a seguir en esta actitud tan inmadura?
-¿Inmaduro yo? -soltó el aire en una especie de carcajada silenciosa, claramente indignado.- Yo no fui el que se ofendió cuando Cinthya pensó que habíamos vuelto.
-¿Habéis estado saliendo? -preguntó Will con incredulidad, pero ninguno de los dos contestamos.
-Vale sí, quizás lo hice mal, pero...
-¿Quizás?
-Tom, no me lo estás poniendo nada fácil -dije entre dientes, con los puños apretados intentando contener mi rabia.
-Nadie dijo que fuera fácil.
-¡Dios! ¡Está bien! -Con determinación, aparté una silla vacía y me subí a ella para que así todo el mundo fuera testigo de lo que estaba apunto de hacer.- ¡Atención! ¡Atención! -Al principio nadie se inmutó, pero cuando me escucharon, todos se volvieron a ver lo que estaba haciendo la rebelde del instituto -como ellos me llamaban-. Estaba segura que me arrepentiría, pero quien no arriesga no gana.- Quería que todos os enteraseis de lo mala y pésima amiga que soy, de que soy un desastre de persona y de que siempre lo echo todo a perder. No sé cómo lo hago, pero soy así, todo lo que toco lo rompo y por mucho que me esfuerce en corregirlo no hay manera, por eso, quería pedir disculpas a una persona a la que he tratado mal; muy mal -me estaba costando Dios y ayuda decir todo lo que estaba diciendo. Esperaba que funcionara, porque si no, ya no sabía qué más podía hacer.- Quiero que esa persona sepa, que por mucho que a veces sea una borde respondona, que no para de decir tacos y que cada vez que habla la caga; que lo siento mucho por ser tan estúpida y haberla jodido con él. Que es mi amigo y lo quiero y que me jode un huevo no tenerlo a mi lado y me trate como si no existiera.
Fin del discurso. Todos me miraban como si fuera un extraterrestre o algo parecido. La verdad, quería que la Tierra me tragase, pero alguien, a quien esperaba haber conmovido con mis palabras, se levantó de su silla y mirándome desde abajo, comenzó a aplaudir, seguido del resto de personas.
-Cada día me sorprendes más.
-Eso es... ¿que me perdonas? -me arriesgué a preguntar, temiendo la respuesta.
No contestó, simplemente sonrió y abrió sus brazos para abrazarme. Con una mezcla entre euforia y nerviosismo, salté de la silla y me tiré sobre él, quien me abrazó con fuerza.
Era increíble lo mucho que lo había echado de menos. Me juré a mí misma, no volver a dañarlo de ninguna de las maneras posibles. Quizás ya no fuéramos novios, pero eramos amigos.









10 comentarios:

  1. AI DIOS *-*
    No se por donde empezar..
    1. Daniela es una puta cabrona que ojalá se la comiese un vampira! Como puede ser tan mala con Alex?!
    2.La bibliotecaria super simpática *-* Se nota que esta enamorada de Carter
    3. Y Carter, aiins me lo como xD Lo amo, que romántico *-* Me encanta Enserio xd
    4. POR FIN! Ya me estaba asustando de que no se perdonaba con Tom, aunque ahora ya no me gusta xD

    Besoos

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    1. Siempre tiene que haber alguien malo en la historia ¿no? aunque solo digo que os sorprenderéis jajajaja
      Y ¿cómo no se iban a volver a hablar? Tom es un importante punto de apoyo junto con Cyn y también Mía y Tiffany, era técnicamente imposible que no volvieran a hablarse jj

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  2. NO JODAS QUE LUEGO DANIELA ES BUENA?! Enserio que me das mucho miedo xD Y luego soy yo la que tiene mucha imaginación.. Yo sigo pensando lo mismo de Tiffany y Daniela xD

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    1. ¿enh? yo no he dicho nada, ni que sea buena ni mala eh XD

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  3. A sido alucinante *-*. Pero Daniela sigue siendo una bitch, pero bueno como tu has dicho en el otro comentario siempre tiene que haber alguien malo en la historia. Y cuando la bibliotecaria ha estado con Carter..... opino lo mismo que Arianna, se le notaba demasiado que estaba por Carter.
    También me ha encantado cuando Tom y Alex han vuelto ha ser amigos, pero si eso pasara en la vida real y tuviera que hacer ese discurso delante de tanta gente, luego me moriría de la vergüenza.
    La verdad ha estado genial y necesito leer el próximo capítulo, pero YA!! Es que tus novelas son tan asjkgcbckahd *-* que una vez que empiezas no puedes parar. Bueno te dejo que me he enrollado mucho jaja besitoos :))

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    1. JAJAJAJAJA creeme que yo tampoco me habría subido sobre una mesa y pedir disculpas a nadie con todo ese mundo allí XD pero bueno, ya sabemos como es Alex de impulsiva XD
      Muchisimas gracias, de verdad jj eso pretendo, enganchar a la gente jj un besoo

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  4. Dios mio! CARTER!!!! pero q significa avengers!??! me has dejado con ganas.
    Madre mia cada vez me engancha más!!!

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    1. Avengers significa vengadores jaja lo dice Charity ;)

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  5. Ha habido partes tan bien escritas, que me han dado envidia (de la buena, eh), pero lo del discurso encima de la mesa me ha parecido un poco exagerada por eso de que la aplaudieron, lo demás, aunque parecía un poco sacado de una peli eatadounidense, se podía creer que podía pasar.
    Saludos!

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    1. Alex es una chica extrovertida que pocas veces hace algo normal. Quizás sí que fuera algo exagerado, pero no hay otro modo en el que ella pediría perdón, le gusta llamar la atención.
      Un beso :)

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