sábado, 29 de marzo de 2014

Capítulo 18.

-¿De verdad me estás diciendo que Will, mi amigo Will, el tío deseado por todas, se te ha lanzado y tú has tenido los cojones suficientes para apartarlo? -Tiffany no salía de su asombro.
Le había contado lo sucedido en el cenador con Will, porque ella lo conocía bien y aunque también se lo diría a Cinthya, no podría aconsejarme. No quería que se enterase nadie más, pero con el escándalo que estaba formando mi amiga en la biblioteca, dudaba de que no lo supiera ya medio instituto.
-Shh -chisté, llevándome el índice a los labios y mirando a todos lados- ¿quieres bajar la voz? No quiero que se entere nadie.
-Y yo sigo sin explicarme cómo has sido capaz de parar.
*Porque no pensaba en él mientras me besaba, sino en otra persona...* Yo también me lo preguntaba, cómo era posible que le hubiera dicho que no a semejante monumento; pero no podía besarle a él, mientras pensaba en mi profesor de defensa; por mucho que no llegáramos a tener nada. Otro asuntillo del cual nadie estaba al tanto y me guardaría bajo llave.
-No me apetece ser la nueva puta de Will -solté como excusa improvisada.- Sé la fama que tiene aquí.
-Es solo fama, Alex -puso los ojos en blanco, mientras cerraba su libro de historia-. Tu tienes fama de ser una indomable que hace lo que le sale de las narices y bueno... -dejó la frase a medio acabar, rectificando sobre lo que estaba apunto de decir-. Bueno vale, en ti no se equivocan mucho.
-Te estoy contando esto, porque tú conoces a Will y puedes aconsejarme.
Era mejor que obviara su último comentario. Yo no era una rebelde sin causa, simplemente luchaba por lo que creía que era justo; como mi castigo de aquella mañana. No era merecido, pero aún así le había entregado la nota informativa a la bibliotecaria, quien me sorprendió, pues tendría escasamente siete años más que yo. Me dijo que la ayudaría a colocar un par de cajas con nuevos géneros que acaban de llegar, mañana en mi hora de entrenamiento. Ella se encargaría de comunicárselo a Cárter.
-A ver, si quieres que te diga la verdad, Will es un rompe corazones, es cierto que no ha durado con una chica más de dos semanas, pero es muy buen tío.
-No, si eso no lo pongo en duda, pero... no sé -me encogí de hombros.
-Llevo sin escuchar que se ha liado con una chica desde que tú estas aquí y sinceramente -se inclinó sobre la mesa para quedar más cerca de mí- he visto cómo te mira.
-¿Y cómo me mira?
-Como nunca antes le había visto mirar a una chica después de Mariztsa.
-¿Quién es esa chica? -pregunté con curiosidad.
-Ya no estudia aquí, es un par de años mayor que nosotras. Estuvo saliendo con Will durante un año, pero cuando se marchó, no le quedó más remedio que cortar con él. Lo pasó bastante mal, estaba muy enamorado de ella. Desde entonces no le he vuelto a ver salir con nadie, ni mirar a las chicas como te mira a ti.
¿Me estaba dando a entender lo que creía que me estaba dando a entender o es que yo  estaba entendiendo lo que me convenía? Sí, suena muy lioso, pues imaginaros la cantidad de cosas que me pasaban a mí por la cabeza en ese preciso instante.
Ya no solo era que me había dado el lote con él, sino que según Tiffany, desde que yo había llegado no había vuelto a acostarse con ninguna otra chica y que me miraba como a su supuesta novia del pasado.
Sentía la cabeza como una olla a presión a punto de explotar y Tiffany se dio cuenta de ello.
-¿En qué piensas?
-Uf... no sé -negué con la cabeza- es todo tan... confuso.
-¿A ti Will te gusta?
-A ver, es mono y tal pero... no sé.
-A mí me gustáis -me sonrió para darme ánimos- podíais intentarlo.
-¿Sabes? Creo que estamos sacando las cosas de contexto -dije mientras guardaba mis libros en la mochila- eso es lo que creo. Ahora, si me disculpas, he quedado con Cyn. Chau, chau -me incliné sobre la mesa para darle un beso en la mejilla y me fui.
Estábamos sentadas en el otro extremo de la biblioteca, por lo que me tocó pasar por todos los pasillos atestados de gente. Los exámenes se aproximaban y al parecer, había entrado el apretón de última hora.
No sabía si era mi impresión o es que todo el mundo se canteaba a mi paso, pero decidí ignorarlos como había estado haciendo las dos últimas semanas. Si algo había aprendido allí era que los cotilleos llegaban a los alumnos incluso antes de que la propia persona en cuestión lo supiera.
Justo salía de la biblioteca, cuando la puerta se abría, dando paso a Tom. Ambos nos quedamos mirando, escudriñando al otro, pero al igual que en los días anteriores, seguimos nuestro propio camino.
¿Que si estaba molesta por la situación?Sí y mentiría si dijera que poco, pero no se me ocurría ninguna manera de arreglar lo que había hecho. Aunque quizás, pensándolo bien, era lo mejor para los dos.
Como habíamos quedado;Cinthya me esperaba junto al lago para nuestra sesión de entrenamiento diario.No me había dado tiempo a cambiarme de ropa, por lo que hoy tocaría hacer maniobras con aquella diminuta y ajustada falda.
-Llegas tarde -me fulminó con la mirada.
-Siempre llego tarde. Lo sabes, lo sé, todo el mundo lo sabe -me reí, haciendo un gesto con los brazos-.Pero como se suele decir... lo bueno se hace esperar -me mofé, guiñándole un ojo.
Tras poner los ojos en blanco, en señal a mi comentario; nos pusimos manos a la obra.
Tanto ella como yo habíamos mejorado mucho en el enfrentamiento cuerpo a cuerpo. No es que antes fuéramos malas, no, todo lo contrario, pero siempre hay que buscar la perfección y nosotras estábamos a favor de ello.
Poco a poco habíamos ido incrementando accesorios, como espadas o látigos.Yo había aprendido un truco que me vendría muy bien en un combate contra un Marwolaeth. Era capaz de expandir el fuego por el látigo, sin llegar a quemar el material del que estaba formado. La primera vez que lo intenté, casi quemo algún que otro árbol; pero en lo que a mi nuevo poder se refiere, no había avanzado mucho.Solo sabíamos que era capaz de emplearlo bajo presión, pero nada más.
No sé cuanto tiempo estuvimos entrenando, dado que pasaba volando,como un abrir y cerrar de ojos, solo que cuando nos quisimos dar cuenta, era casi la hora de la cena.
-Creo, que por hoy está bien -jadeé, apoyándome en las rodillas para recuperar el aire-¿no crees?
-Estoy de acuerdo contigo.
-Vaya -me incorporé de golpe,dándole dramatismo al asunto- me sorprende lo que dices.
-Idiota -se rió, mientras me lanzaba un látigo enrollado para que lo guardara y yo le respondí con una sonrisa-. Oye, ¿sabes algo de Tom?
Al escuchar su nombre no pude evitar ponerme muy tensa. Cada vez que lo veía o escuchaba a alguien hablar de él, era como si mi propio cuerpo reaccionara por sí solo, poniéndose en guardia. Tenía que acabar con todo eso de una vez.
-No.
-¿Seguís enfadados?
-Sí.
Creía que si respondía con preguntas cortas, mi amiga entendería que no quería hablar del tema; pero otro de los defectos o perfecciones de Cyn, era que siempre te sonsacaba lo que quería sin importar qué o quién se interpusiera en su camino.
-¿Vas a seguir  respondiendo con monosílabos?
Me había pillado; tenía que pasar al plan B y ese era responder con gestos, por lo que me encogí de hombros.
-A veces me desesperas -refunfuñó, levantando la mirada al cielo; a lo que yo la obsequié con una sonrisa de oreja a oreja, dejando entrever mis colmillos.
El resto del camino lo hicimos en silencio. El lago estaba algo lejos del edificio central, pero aún así, nos daría tiempo de estar sentadas en nuestra habitual mesa antes de la hora de la cena.
Íbamos pasando cerca del claro en el que solíamos tener nuestras reuniones de grupo, cuando un zumbido captó mi atención.
-¿Qué ha sido eso? -pregunté, mirando a todos lados.
-¿El qué?
-¿No lo has oído? era como un... zumbido o algo así.
-Serán abejas, yo que sé.
*Sí, tendrá razón*. Relajé mi cuerpo, dispuesta a seguir a mi amiga, cuando lo volví a escuchar, esta vez más cerca y más potente. Me giré sobre los talones, haciendo caso omiso a Cyn, quien había seguido andando; pero me paré de golpe al ver un enjambre de abejas volando en mi dirección.
Puede que parezca una estupidez, pero les tenía pánico a aquellos bichos. De pequeña vi una película de abejas asesinas y desde entonces quedé algo trauma con el tema.
Presa del pánico, intenté moverme para salir de allí cuanto antes, pero mis piernas no me respondían,se habían quedado clavadas en el suelo como si de dos estacas se tratase; mientras que yo veía como se acercaban más y más a mí. No miento cuando digo que no eran normales. ¡Eran más grandes que mi dedo gordo de la mano!¡Y estaban sobre mí!
Como un acto impulsivo,empecé a lanzar bolas de fuego sin mirar muy bien dónde caían.Al ver que no acertaba en el blanco, grité. Grité con todas mis fuerzas mientras lanzaba manotazos al aire, intentando golpear a aquellas cosas.
Me estaban picando por todos lados y un dolor aterrador se apoderaba de cada punto de mi cuerpo donde los aguijones se clavaban. Era insoportable. Sentía cómo se adentraban por mi piel y el veneno corría por la sangre.
Cuando estaba al borde de caer desmallada, simplemente todo desapareció.
Estaba tumbada en el suelo, con la cabeza en el regazo de Cyn, quien me miraba aterrorizada. Noté algo húmedo en mi cara. Había estado llorando y ni siquiera me había dado cuenta.
-¿Alex? -la voz de  mi amiga era un susurro,pero no uno normal; sino cargado de terror-.¿Qué pasa? ¿Qué ha sucedido?
Juro que quería contestar, pero mi boca se negaba a emitir cualquier sonido que no fueran sollozos.
Examiné con detenimiento mis brazos, buscando algún signo que me mostrara qué era lo que había pasado, que me dijera que por suerte o por desgracia, todo había sido real. Pero nada. No había nada. Mi piel estaba como siempre, bronceada; aunque algo llena de barro.
-Abejas, muchas, no sé, me dolía todo, me picaban yo... yo... -rompí a llorar de nuevo.
Cinthya me atrajo hacia sí, abrazándome con fuerza mientras yo soltaba un río a través de mis ojos. Lloraba como nunca antes había llorado. Estaba asustada.
-Dime que lo has visto -supliqué contra su hombro, exigiendo una respuesta que no me supusiera más dolor.- Dime que lo has visto, por favor. Por favor.
-Alex... -por el tono de su voz, me di cuenta de que yo no era la única que estaba llorando-. No había nada.



1 comentario:

  1. Que tonta soy xD Llega a lo de las abejas y me quedo? Otra vez? Cuantas veces le pasa esto a esta chica y luego caigo jaja

    Oye, QUE HABLE CON TOM DE UNA VEZ!

    ResponderEliminar