miércoles, 12 de febrero de 2014

Capítulo 5.

Uno de los seguratas nos guió a Daniela y a mí hasta nuestro pasillo, nos dio unos papeles que teníamos que rellenar y las llaves de nuestras habitaciones con un llavero en el que ponía un número. Aquello me recordaba a un hotel, solo que con muros de piedra y algo menos acogedor.
El pasillo donde estaban los cuartos de las chicas era enorme, se accedía por unas escaleras en caracol, por lo que supuse que estaría en unas de las torres. El cuelo, a diferencia del resto del instituto, al menos, por las partes en las que había estado, era de madera y crujía con cada paso.
Las chicas iban corriendo todas de un lado para otro llevando sus cosas, estaban eufóricas y yo, sinceramente, me preguntaba el por qué, porque  a mí, después del empezar que había tenido, se me habían quitado todas las ganas de estar allí.
Me paré frente a mi puerta, el número 49. Rezaba para que me tocara con alguna de mis amigas, de las cuales no había vuelto a saber nada desde antes de la pelea.
Tras un largo suspiro de resignación y mentalizada de que esa sería mi nueva vida a partir de aquel momento, giré el picaporte y entré. Me quedé asombrada. Me esperaba algo tipo mazmorra con barrotes en las ventanas, pero no era así. Era bastante amplia, con dos ventanas frente a la puerta que dejaban entrar la claridad. Había dos camas, en una de ellas, la situada a la izquierda, había un par de cosas tiradas, por lo que mi compañera de cuarto ya había estado allí y había escogido sitio donde dormir; lo que me dejaba a mí la cama frente a la puerta, bajo la ventana más grande.
Dejé las maletas al lado de una mesita de noche de madera y cogí el papel informativo que estaba sobre el escritorio de mi lado de la habitación.
Estimados alumnos.
Me alegra darles la bienvenida a este nuevo curso, que, aunque ya está empezado para muchos, para ustedes es el comienzo.
Espero que hayan tenido unas buenas navidades y que tengan un próspero y feliz año nuevo.  También, espero que se adapten lo antes y lo mejor posible a la Academia, queremos que su estancia aquí sea de lo más cómoda posible.
-Hola, tú debes de ser la nueva ¿verdad?
Pegué un respingo cuando me di cuenta de que no estaba sola. Dejé el papel informativo sobre la cama y me di la vuelta para ver quién había sido la persona que me había saludado.
Frente a mí, se encontraba una chica de pelo zanahorio y muy blanca de piel. Tenía algunas pecas repartidas por sus brazos desnudos y una brillante sonrisa en el rostro. Parecía maja.
-Hola -le sonreí- sí, soy la nueva, aunque prefiero que llames Alex -le tendí la mano y ella la estrechó-. ¿Tú eres?
-Alex, bien. Yo soy Tiffany, tú... -miró a su cama- compañera de cuarto.
-Ya veo.
-Puedo ayudarte en lo que necesites -me dedicó una sonrisa amable a la cual yo asentí- si quieres puedo enseñarte esto.
-Bueno, la verdad es que... -me arrasqué la coronilla sin saber qué responder. Quería tener unos minutos a solas, pero si le decía que no, se ofendería- estaba leyendo el papel...
-¿Cuál? ¿El informativo? -se echó a reír y tiró de mi brazo para sacarme fuera de la habitación-. Tranquila, me lo sé de memoria, llevo ya muchos años aquí. Bien, ¿por dónde empezamos?
-No sé -me encogí de hombros sorprendida por su cambio repentino de humor- eres tú la que me lo va a enseñar.
-Cierto -asintió sonriente- pues venga, sígueme.
Bajamos las escaleras, que daban a una  sala llena de sillones y mesas repartidas por todos lados.
-Esta es la sala de descanso -me informó dando una vuelta por la estancia- aquí solemos venir a pasar el rato, aunque claro, a las once hay que estar en las habitaciones, por el toque de queda.
-¿Hay toque de queda?
-Sip, lo sé, es una movida, pero así es este sitio. Venga vamos.
De allí, pasamos por el vestíbulo, atravesándolo de un lado a otro. Quería entretenerme viendo cada detalle, la verdad es que era precioso con su alfombra repleta de colores y sus vidrieras, pero Tiffany no dejaba de meterme prisas. Llegamos a un pasillo ancho, repleto de puertas a los lados, supuse que sería la zona de las aulas.
-Aquí es donde están las clases, son dos pisos, las escaleras están al otro lado -señaló con el dedo índice- pero eso ya puedes verlo en el plano que la Sra. Grant te habrá entregado.
-¿Quién? -pregunté saturada de tanta información.
-La Sra. Grant, la directora. Ya sabes, esa vieja arpía.
-Ah, ya -asentí llena de odio al recordar mi castigo- sí, esa.
-¿Qué pasa?
-Nada -negué restando importancia al asunto, lo que menos quería es que la gente se enterase de que sin comerlo ni beberlo, me había metido en un lío- ¿Seguimos?
-Sí.
Después de aquello, me llevó al comedor, que estaba en la otra punta, también pasando por el vestíbulo y aquello me dio la sensación de que iba a pasar muchas veces por allí. Del comedor, fuimos a los servicios comunes, los cuales, me dijo que ya a penas se usaban, solo para ir al baño entre horas debido a que habían instalado duchas personales en cada habitación; algo que la verdad, lo agradecí. De allí, me llevó al gimnasio, bueno, si a aquello se le podía llamar gimnasio, porque era tan grande que parecía una pista de aterrizaje.
-¡Vaya! -exclamé sorprendida- ¡Es enorme!
-Sip -dejó explotar la p con un ligero silbido-. Debe de serlo, es donde se celebran los bailes.
-¿Bailes? ¿En plural?
-Sí, hay cuatro bailes, uno por cada estación del año, se celebran siempre al acabar la estación.
-Ahm.
La idea era interesante, pero yo nunca había asistido a un baile escolar y estaba segura que no me iban a gustar. A mí me gustaban las fiestas, en las que te lo pasabas bien, bebías y conocías a chicos guapos, no en las que estuviera vigilada por padres o profesores.
-Bueno y también es la zona de entrenamiento.
-¿Qué?
-¿No has leído nada del folleto verdad? -se rió con una de esas risas contagiosas, pero que en aquel momento ni me inmutó.
-Bueno, ya te he dicho que tenía que hacerlo... me has pillado en plena faena.
-Los alumnos nos entrenamos, bueno, algunos, por lo de .... los vampiros, ya sabes -dijo en una voz tan baja que si no hubiera sido por mi sentido auditivo vampírico, no la habría escuchado-. Otros tienen a gente que los proteja, pero los que estamos aquí por becas pues.. ya sabes -se encogió de hombros- no nos queda otra que esforzarnos en todos los aspectos.
Lo más triste es que tenía razón. Había muchas personas que tenían a guarda espaldas que los protegieran mientras que la mayoría tenían que enfrentarse al peligro cara a cara. Por eso estábamos allí los Wrach, para encargarnos de esa mayoría.
Al ver que no decía nada, la chica siguió hablando.
-Pero es divertido, al menos para mí y además, el profesor está buenísimo. Es bastante joven, solo tiene veintitrés tacos.
-Supongo que ya lo veré -me eché a reír al ver su cara, parecía que se le iba a caer la baba.
-¿También estás apuntada?
La verdad es que no sabía que contestar, aquella pregunta me había pillado con la guardia baja. Como me había enterado hacía dos días que vendría a la academia, no sabía qué asignaturas tendría. Por lo que me limité a asentir.
-Bien, bueno pues... - miró el reloj que llevaba en su muñeca- me tengo que ir, he quedado con unas amigas que no veo desde antes de vacaciones. ¿Sabrás llegar sola?
-Ums... sí -vacilé- creo que sí, pero oye, ¿alguien pude decirme el número de habitación de los alumnos? He perdido a una chica que venía conmigo.
-Sí, en recepción -me gritó mientras que salía corriendo.
-Bien -me froté las manos y di una vuelta a mi alrededor para ver por última vez el gimnasio- pues vamos allá.
Entre unas cosas y otras, no fui consciente de lo tarde que era hasta que salí al exterior. El Sol ya no estaba en lo alto, lo que indicaba que había pasado el medio día y yo, no había comido nada desde el desayuno. Mis tripas rugieron con fuerza, pidiéndoles que les diera algo que tomar.
Pregunté a la mujer que se encontraba en la recepción el número de habitación de Cinthya, pero cuando me dirigía a su cuarto, escaleras arriba, me topé con ésta y con Mía, que iban en sentido contrario.
-¡Menos mal! -gritó  Cyn haciendo una mueca de desesperación- ¿Dónde te habías metido? Te hemos estado buscando.
-Calla -la miré de reojo, enfadada al recordar el castigo- ya os contaré. ¿A dónde vais de todos modos?
-No lo sabe -Mía miró a Cyn con una sonrisa- te dije que Daniela no le había dicho nada.
-¿Qué no sé y qué es lo que Daniela no me ha dicho?
-Nos ha reunido a todos en el bosque, tenemos que repartirnos los turnos de guardia, las horas de comida y esas cosas.
-Ya... zorra -espeté aún más enfadada-. Pues vamos.
La verdad es que habría preferido irme a mi cuarto y beberme un vaso de sangre, algo que tendía que ver cómo lo haría ya que estaba compartiendo cuarto con una mundana, pero no le daría esa satisfacción a Daniela.
-¿Con quiénes os ha tocado dormir?
-Nos ha tocado juntas -Cyn me miró con cara de pena, diciéndome a través de la mirada que habría preferido que hubiera sido yo- ¿a ti?
-Con una chica que se llama Tiffany, es maja.
-Vaya, suerte que tienes chica, ¿cómo lo vas a hacer con la sangre?
-No lo sé -negué con la cabeza dándole vueltas al asunto.
-Nuestra puerta está siempre abierta eh -me ofreció Mía con una radiante sonrisa, a la cual yo respondí con otra.
Cuando nos adentramos en el bosque, como un flash-back  el sueño tan escalofriante que había tenido en el
avión, pasó por mi mente. Sólo había sido eso, un sueño, pero lo pasé fatal, aunque a decir verdad, aquel era diferente. Se respiraba tranquilidad y el olor a pino se palpaba en el ambiente. Había hojas secas en el suelo, que crujían con nuestras pisadas y los pájaros cantaban en lo alto de las ramas.
Fuimos las últimas en llegar al pequeño claro donde nos había citado Daniela, ya estaban todos allí, charlando de sus cosas. Se callaron cuando nosotras llegamos.
-Bien, ya estamos todos -dijo Tom esquivando mi mirada- ¿empezamos?
-Sí -asintió Daniela. Odiaba a aquella chica-. Tenemos que repartirnos los turnos de guardia, lo mejor sería que los hiciéramos de dos en dos y por la noche ya que he inspeccionado la zona y hay un gran numero de agentes, con los cuales -estaba andando en círculos, lentamente, pasando por delante de cada uno de los que allí nos encontrábamos- vamos a tener que tener mucho cuidado. Las comidas, es decir, las ingestas de sangre se harán en los turnos de guardia y si hay que salir a cazar, informarme. Bien, los turnos serán...
¿Pero qué estaba pasando allí y qué me había perdido? ¿Quién había puesto al mando a aquella inepta? No es que yo quisiera estar al mando y dirigir la situación, la verdad es que no tenía dotes de líder, pero al menos una votación por parte de todos no habría venido mal.
-Ya -la interrumpí cruzándome de brazos y dando un paso al frente- y ¿quién te ha puesto a ti al mando? Porque que yo sepa nadie.
Todos me miraron sorprendidos. No se esperaban que reaccionara así y eso que era de esperar, porque yo nunca andaba conforme con nada.
-¿Perdona? -preguntó incrédula y roja como un tomate, de la rabia.
-Sí, estás perdonada, pero respóndeme, ¿quién te ha puesto a ti al mando? Porque que yo sepa nadie.
-Si hubieras venido antes... -avanzó con paso decidido hacia mí, con una mirada de odio que sentí cómo me atravesaba.
-Si me hubieras avisado... -me cuadré más en mi sitio.
-Lo he hecho -soltó un bufido parándose frente a mí.
-No, no lo has hecho -intentaba mantener la calma, pero solo quería bajarle los humos con un buen puñetazo- tú lo sabes bien.
-Sí que lo he hecho, además, todos saben que soy la más cualificada para el mando.
-Si bueno, qué pasa ¿no necesitas abuela que te eche flores? -le solté riéndome de la situación.
Aquello la hizo encolerizar más y de no ser porque Tom salió en mi ayuda, habríamos acabado enzarzadas en una pelea.
-Venga, dejarlo ya -me agarró del brazo y tiró de mí hacia atrás- ¿quieres ser tú la que esté al mando Alex? Porque nadie más quiere.
-No, no quiero, solo que creo que al menos deberíamos votar ¿no? -de un movimiento me zafé de él, seguía algo molesta por su reacción de aquella mañana.
-Como te ha dicho, Tonsom -Daniela tenía los labios tan apretados que parecía que no tenía- nadie más quiere.
-Bien -me encogí de hombros y volví a mi sitio, al lado de Cyn.
-¿Se puede saber qué te pasa? -me susurró mi amiga en el oído- ¿Qué bicho te ha picado? Sé que no te cae bien Daniela, pero chica... relájate.
-Si tú supieras...
-Pues cuéntame.
-Luego, esta noche me paso por tu habitación, ahora, vamos a escuchar a la pelma esta.
-Como iba diciendo antes de que nuestra compañera Alex me interrumpiera -me dedicó una mirada repleta de odio, a la cual yo respondí con una sonrisa y levantando la mano para saludar al resto- los turnos serán de dos a dos. Tengo entendido que el toque de queda es a las once, por lo que empezaremos a las doce. Tenemos siete horas que cubrir y somos cinco grupos, por lo que cada día dos de esos grupos, cubrirá dos horas. ¿Entendido? -nadie respondió- Bien, pues eso, las parejas son: Cinthya y Christian, Mía y Jo, Yum y Caleb, Tom y Alex y Martin y yo.
Inevitablemente, desvié la mirada hacia Tom, quien también me estaba mirando. No tenía ningún problema en hacer las guardias con él, pero iba a ser una situación muy incómoda y ambos lo sabíamos.
Daniela se recreó un poco más diciendo cosas sin importancia, solo para hacernos ver que ¨entendía¨ de lo que hablaba. Para cuando acabó, ya era de noche. Como era el primer día y estábamos agotados, empezaríamos con la vigilancia al día siguiente.
Me fui corriendo a mi habitación, cruzando los dedos para que Tiffany, mi compañera de cuarto, no estuviera allí y poder tomar algo de sangre. Mis plegarias habían sido escuchadas, estaba sola. Por lo que tan rápido como pude, saqué la  botella llena del líquido rojo y me metí en el servicio por si acaso llegaba en plena faena, pero no fue así.
Me senté en la cama y seguí leyendo la información, estaba llena de cosas que me parecieron chorradas, pero cuando llegué a la parte de los uniformes, casi me dio un ataque al corazón.
.... los uniformes son obligatorios para todos los alumnos durante las horas lectivas, exceptuando los viernes, sábados y domingo. Para sus clases de entrenamiento, tiene el segundo uniforme. Los encontrará ambos en su armario.
*¿Uniformes? ¿En serio?* Nunca había llevado uniforme, pero me parecían degradantes. No  dejaban expresarte ni ser como realmente eras. A pesar de que estaba indignada, la curiosidad me pudo y abrí el armario. Había cinco uniformes formados por una falda negra de tuvo, una blusa blanca y una americana negra con el escudo de la academia y otros cinco compuestos de unas mayas negras y camisetas de manga corta de color blanca.
-Muy guapa sí -puse los ojos en blanco y me volví a tumbar en la cama.
A pesar de que le había dicho a Cyn que me pasaría por su habitación, me interesaba más leer aquella información que parecía no acabar nunca. Repetía las cosas una y otra vez, sobre todo las infracciones y los toque de queda, incluso decía que no llevar el uniforme durante las horas lectivas, estaría penalizado con un castigo.
No sé cuanto más seguí leyendo, solo que llegó un punto en el que veía las letras borrosas y lo siguiente que recuerdo es quedarme dormida con la boca abierta.





3 comentarios:

  1. Ya me he leido los dos capis nuevos y estoy al fin al día.
    Como siempre son geniales y por lo que parece la acción vendrá muy pronto estoy segura jajaja.
    Me encanta el personajes de Álex, tiene ncaracter y eso mola un montón, no se calla de nadie y menos de la tal Daniela esa que por loq ue creo dará problemas. Tiffany de momento también me cae bioen veo q es un poco finolis pero me cae guay por el moemnto, espero que siga así y... hay algo que quiero preguntarte.
    Ese profe que tiene 23 tacos... ¿no será un chico llamado Carter? vamos no sé, lo mismo es una suposición mía jajajaja llámame loca pero oye ¡imaginación al poder! ;)
    espero el siguiente pronto.
    un beso

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  2. Alba te matooooooooo! Vaso con b?! Eso desde cuando? Yo soy muy mala con las faltas, pero eso me dolió hasta a mi! Cambialo anda! xD

    Por lo demás, me encanta. Odio a esa tía Daniela. Ya me cae mal, soy yo y decía que si me queria poner al mando para joderle. Que le den por culo a la tía esa.

    Me gusta esa academia, menos los uniformes, me los imaginaba más sexy xD En vez de falda de tubo, falda de toda la vida xD y el de los entrenamientos, yo le habría puesto un top *-* Pero genial de todas formas.

    Y yo también creo que el entrenador va A ser el chico de la discoteca Jaja xd

    Besoos

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  3. Me quiero poner al día pero es muuuuuuy difícil! jajajaja
    Oye no te he preguntado de donde eres! Que creo que eso es importante también en la manera de escribir y me puede ayudar a entender más cosas :)

    Un saludooo!

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