A pesar de mis intentos de fuga
nocturnos para irnos de fiesta; Marta nos permitió salir a todos
para dar una vuelta, solo que nos puso el toque de queda a las doce y
eso era relativamente pronto, aunque si teníamos en cuenta el
palizón que llevábamos todos y cada uno de nosotros, más que toque
de queda, fue como una alegría. Pero eso, no nos quitaba las ganas
de fiesta a ninguna.
-Y ¿A dónde se supone que nos vamos a
ir de fiesta? –preguntó Cyn.
Mía, Cyn y yo, las ¨compis de cuarto¨, habíamos decidido ir por independientes al resto del grupo. Éramos
algo más liberales, además a ninguna de las tres nos hacían mucha
gracia.
Llevábamos como una hora dando vueltas
por las callejuelas del pueblo en busca de algún bar con indicios de
fiesta, aunque nos conformábamos con un sitio en el que se estuviera
a una temperatura normal. Fuera en la calle hacía menos cero grados
y a pesar de que estábamos acostumbradas a las bajas temperaturas,
aquello no dejaba de ser molesto.
-No lo sé –suspiré con resignación-
¿¡Es que no hay ni un solo sitio decente en este pueblucho!?
–grite desesperada a nadie en particular, con los brazos
extendidos.
-Venga no te desanimes –se rió Mía
al ver mi reacción- ya encontraremos algún sitio, si no, siempre
podemos comprar algo para beber y hacer botellón en el hostal.
-Chica lista –apunté con el dedo
sonriente- pero no será lo mismo.
-Lo sé, pero bueno –se encogió de
hombros.
-Bueno, pues vamos a seguir buscan…
-¿Qué hacéis aquí chicas?
Tom y Martin aparecieron al doblar la
esquina. Los dos tenían las mejillas sonrojadas, señal de que
habían bebido alcohol, además, olían a él. Se me iluminó el
rostro al pensar que ellos venían de algún bar, pero Tom se lo tomó
como si me alegrara de verle.
-Vaya –me sonrió pasando su mano por
mi cintura- no sabía que te alegraras tanto de verme.
-No es a ti, capullo –le empujé
separándome de él- ¿de dónde venís?
-De un local que hay cerca de aquí
–para mi sorpresa, fue Martin el que me respondió- está bien,
pero hace mucha calor.
Las tres chicas nos miramos sonrientes
entre nosotras. Por fin, un atisbo de esperanza para nosotras.
-¿Estáis vosotros allí? –Cyn
estaba como eufórica.
-Ems… ¿sí? –Tom nos miró a las
tres sin comprender- ¿Por?
-Pues, porque llevamos como una hora
dando vueltas buscando un sitio donde poder calentarnos, tanto física
como alcohólicamente –sonreí- ya me entiendes.
-Oh sí. Anda, seguirnos, ya íbamos de
vuelta, lo que pasa que te escuché gritar –me tocó la punta de la
nariz con su dedo índice- y vine en su ayuda.
-Sí, sí, muy bien –me aparté de él
y cogí a Cyn y a Mía por los brazos- pero llévanos.
Con una última carcajada, los dos
chicos desaparecieron tras la esquina con nosotras detrás.
Al ver que estábamos justo al lado, me
sentí una completa inútil y maldecí mi sentido de la orientación,
que a decir verdad, era realmente pésimo.
Cuando entré, entendí por qué los
chicos salieron a tomar el aire. Teniendo en cuenta que llevaba un
abrigo grueso de pelo, entrar en aquella sauna fue un gran sofoco.
El sitio era bastante amplio. Todo era
de madera, hasta el suelo. Me recordó a las típicas casetas de
camping donde vendían los helados en verano. Las mesas y las sillas
estaban apiladas en uno de los lados dejando espacio para la cantidad
de gente que había allí. Deduje que sería festivo en el pueblo,
pues había muchos jóvenes de mi edad. También había un pequeño
escenario al fondo donde dos chicos estaban haciendo el idiota
cantando canciones del año de la polca en un karaoke.
-Bueno –dije quitándome el abrigo y
colgándolo en una percha que había en la entrada- no está tan mal
¿no?
-Mejor esto que nada –respondieron
Cyn y Mía al unisono con una carcajada.
-Sí, eso es cierto –tuve que
reconocer. Di unas pequeñas palmaditas y me froté las manos con una
sonrisa maligna en la cara- Señoras, ha llegado el momento de los
chupitos. Son… -miré el reloj que tenía en la muñeca- las ocho,
tenemos exactamente tres horas para emborracharnos.
-¿Tres? –preguntó Mía sin saber a
lo que me refería.
-Sí –asentí con determinación- una
la dejamos para que se nos pase la castaña, así Marta no nos
reñirá.
Al ver lo convencida que estaba con mi
razonamiento, tanto Cyn como Mía se echaron a reír.
El sitio estaba a reventar y nos
resultó algo difícil llegar hasta la barra; pero fui capaz de
abrirme paso a empujones y pellizcos, algo que no le sentó nada bien
a más de uno, pero me era indiferente.
-¿Qué queréis chicas? –tuve que
levantar la voz para poder comunicarme con ellas, la música estaba
demasiado alta.
-Malibú con piña –dijo Cyn mientras
se intentaba abrir paso entre dos tipos que no la dejaban avanzar.
-Yo…. Lo mismo.
-Bien –asentí y me giré para quedar
de cara a la barra-. ¡Tres Malibus con piña!
El camarero, un tipo alto y delgado con
un brazo repleto de tatuajes, iba de un lado a otro con las manos
repletas de vasos. Entendía que estuviera ocupado, pero ya había
pasado como unas tres veces por delante de mí y ninguna de ellas me
había mirado tan siquiera.
A la cuarta o la quinta vez, no sabía
muy bien, porque ya había perdido la cuenta, cansada de esperar,
estiré el brazo y lo agarré por la pechera de la camisa y lo
atraje hacia mí.
-Gracias –asentí sonriente al ver su
cara de confusión- Tres malibú con piña por favor.
-¡Pero tú que te crees niñata
insolente! ¡No puedes ir por ahí haciendo lo que acabas de hacer!
¡Además, seguro que no tienes la edad!
*Estúpido mundano…* Con un suspiro
de resignación, volví a tirar de él para que quedara con sus ojos
frente a los míos.
-Vas a ser un camarero amable y me vas
a traerlo que te he pedido. ¡Ah! Y corre por cuenta de la casa por
tu grosería.
Lo que acababa de hacer no estaba nada
bien. Desde muy pequeña me habían dicho que la coerción, la
capacidad de imponer mis necesidades a los demás mediante un truco
mental, no era bien visto, pero no era algo que me preocupara.
-¿Has usado lo que creo que has usado?
–Mía me miraba sorprendida y sin poder creérselo.
-Ems… -vacilé por un momento y
entorné las cejas- no.
-Alex, eso no está bien…
-Ya y tampoco está bien que ese tío
–le señalé con el dedo- pase de mí por no ser de aquí. ¿Quieres
tu bebida? Pues eso.
Le había contestado con mucha
brusquedad, lo sabía, pero que pasaran de mí me ponía de muy mal
humor. Mía asintió y se volvió para hablar con Cinthya y yo hice
lo mismo para esperar al camarero.
A pesar del calor que hacía allí
dentro, notaba cierta brisa en la zona lumbar cada vez que habrían
la puerta. Llevaba unos pitillos negros ajustados y una camisa de
encaje corta por adelante y larga por detrás, dejando ver mi
ombligo.
El camarero no llegaba y yo me estaba
estresando cada vez más y los empujones que revivía de la gente no
ayudaba para nada. Estaba que echaba humo. Me incliné sobre la barra
para ver cuál era el motivo del retraso del camarero cuando noté
que una mano acariciaba mi vientre desnudo y pegué un pequeño
bote.
Supuse que sería Tom que seguía con
sus jueguecitos de chico seductor, pero cuando me di la vuelta para
soltarle alguna de mis lindeces, me di cuenta de que no era él, sino
un chico que no conocía de nada.
Tenía la cabeza con un afeitado
perfecto, aunque no estaba rapado del todo, se le veía las puntas de
un pelo rubio. Era corpulento, hasta el punto de tener más músculo
que un toro cebado y era un poco más alto que yo. Estaba claro que
no era de mi edad, al menos me sacaría un par de años y me estaba
sonriendo.
Se rió al ver mi cara de sorpresa,
pero a mí, personalmente no me hizo ni pizca de gracia.
-¿Te he asustado, preciosa? –preguntó
con una sonrisa picarona.
*¿Qué demonios?* No supe que
contestar. ¿Quién era ese chico? Busqué con la mirada a mis dos
amigas, pero ninguna de las dos se dieron cuenta de que les estaba
gritando socorro, estaban enfrascadas en una interesante conversación
de espaldas a mí.
-¿Cómo te llamas? –deslizó su mano
hasta quedar en mi espalda y me empotró contra él, pero reaccioné
parando su empujón poniendo las manos en su pecho.
-Me llamo Danila y como no me sueltes
te voy a pegar tal patada que te voy a quedar sin carnet de padre.
La sonrisa del chico se borró
inmediatamente de su cara, señal de que mis palabras habían sonado
tal y como querían que sonasen. No le había dicho mi verdadero
nombre, eso era algo que lo tenía muy claro, pero me sentía
orgullosa de cómo había quedado y lo rápido que había actuado.
Pensé que tras lo que le había dicho, simplemente me soltaría y me
dejaría en paz, pero no fue así. La sonrisa picarona volvió a
aparecer en su rostro.
-Vaya, una chica peleona –me susurró
acercándose a mi oído- eso me gusta.
*¿Qué? ¿Qué? Aaaarg* Frustrada por
la situación, volví a empujarle para intentar liberarme de él,
pero el chico era bastante fuerte. No es que yo si hubiera querido,
lo habría apartado sin más, se trataba de un humano y yo era una
vampira dotada con súper fuerza y años de entrenamiento, pero
también se suponía que debía de mantener aquello en secreto.
Forcejeé con él, pero cuanto más me
removía, más me apretaba contra su torso lleno de esteroides. Me
estaba poniendo muy nerviosa e iba a perder los estribos y no quería
eso. ¿Es que mis amigas no se estaban dando cuenta de lo que
estaba pasando?
-Suéltame.
-No, tú te vienes conmigo esta no…-
no terminó su frase. Una mano apareció en su hombro y tiró de él
sacándomelo de encima.
-Venga Marco, suelta a la pobre chica,
la estás asustando.
Me quedé mirando a mi salvador, bueno,
más que a mi salvador, al salvador del chico y a decir verdad, era
bastante guapo.
Tenía el pelo negro y despeinado, era
corpulento pero no como su amigo; se notaba la diferencia de un
cuerpo machacado a base de ejercicio y gimnasio al de uno dopado con
esteroides.
-Lo siento si te estaba molestando –se
disculpó él- va un poco pasado de copas.
-Pues deberías controlarlo –dije
cuadrándome de hombros y llevando las manos a mis caderas- no creo
que sea una forma apropiada de asaltar a la gente.
-Sí, tienes toda la razón –me
sonrió- por eso me disculpo yo por él.
El chico me miraba con sus ojos azules,
ligeramente brillantes que junto con el olor a alcohol que desprendía
me decían que él también iba un poco bebido.
-Está bien no pasa nada -asentí con
seriedad y me di la vuelta.
El camarero seguía sin venir y entre
eso y lo del tal Marco, la rabia me salía por las orejas; lo que
había una cosa que me extrañaba y era que después de usar la
coerción ¿por qué no tenía mis copas ya en las manos?
-¡Eh! ¡Michael! -el chico moreno
estaba a mi derecha- ¡Dos de lo de siempre!
Sorprendida, me fijé en el camarero
que le asentía con una sonrisa y se iba a por dos vasos para
rellenarlos. *¿Pero qué?* No era posible. ¿Cómo aquel tío
tenía ya sus bebidas y yo, que las había pedido hacía una
eternidad, no?
-Bueno qué, ¿me vas a traer lo que te
he pedido? -tuve que inclinarme sobre la barra para poder quedar a su
altura.
-¿DNI? -enarcó una ceja sonriente.
-¿Qué? -me quedé estupefacta.
-No seas malo anda -el chico se echó a
reír mirándome por encima del hombro- corre por mi cuenta. Ponle lo
que te ha pedido. Me llamo Carter , por cierto.
No respondí, simplemente lo miré
sorprendida sin explicarme lo que acababa de pasar.
-Y ¿tú eres...?
-Yo... me llamo A.. -iba a decirle mi
nombre, pero me lo pensé mejor, ¿realmente podría arriesgarme?-
Danila, me llamo Danila.
-Encantado -se agachó y me dio dos
besos en la mejilla, a los cuales no respondí-. A Michael le gusta
cachondearse de los más pequeños.
-¿Perdona? -levanté una ceja algo
ofendida- ¿Me estás llamando enana o algo por el estilo?
-No -se echó a reír cogiendo las tres
copas que me pertenecían y que había tardado un siglo en
conseguirlas-. Toma. Si necesitas algo más, ya sabes. Qué menos
después de lo de Marco.
-Gra... gracias -las cogí y me fui a
buscar a las otras dos chicas.
Lo que acababa de pasar había sido de
lo más extraño. Primero, el camarero no había respondido a la coerción,
pero sí fingido, después alguien que no conocía de
nada, se había abalanzado sobre mí y por último su amigo, había
sido amable conmigo.
-Aquí tenéis -les di sus vasos con
cara de pocos amigos.
-Vaya, ya era hora -Cyn se echó a
reír- lo que has tardado hija.
-Calla -la miré de reojo- ni me
hables.
-¿Por?
Les conté lo que me había pasado,
pensando que se preocuparían por mí, pero en vez de eso, se echaron
a reír y estuvieron burlándose toda la noche.
Tras cuatro copas más y algo sudorosa
por el ambiente, nos encontrábamos en medio de la pista bailando con
Tom, Martín y una chica a la cual no conocía pero estaba dándose
el lote con el primero. No sabía de dónde había salido,
pero me había hecho un favor; quitarme a Tom de encima
La música seguía sonando y con cada
acorde, nosotras nos animábamos más y más. A veces la paraban para
dar paso a la media hora de karaoke , pero a nosotras nos daba
igual, seguíamos bailando. Ni siquiera fuimos conscientes de la hora
que era hasta que la nueva amiga de Tom se marchó porque tenía que
estar a las once en casa.
-¿Tu cenicienta se va? -tenía que
gritar para poder comunicarme con los demás.
-Precisamente esa no es mi cenicienta
-pasó sus manos por mi espalda y me atrajo hacia él para bailar
juntos. Al hacerlo, su vaso volcó un poco y me manchó la camiseta-.
A demás, la cenicienta es a las doce.
-Sí, sí, lo que tú digas -fui capaz
de pronunciar entre risas.
-Por cierto -se agachó un poco para
quedar a la altura de mi oído- ¿quiénes eran esos tipos? Los de
la barra.
-No lo sé -negué con la cabeza
mientras descendía hasta el suelo al ritmo de la música- ¿qué
importa?
-Lo digo porque uno de ellos te está
mirando.
-¿Qué? -me aparté de él
sobresaltada.
Y era cierto, el chico del pelo negro,
Carter, me estaba mirando desde la otra punta, apoyado en la barra. A
veces canteaba la cara para hablar con su compañero, el rubio
afeitado que me había asaltado, pero luego, volvía a mirar.
Debió de darse cuenta de que yo
también lo miraba a él, pues me sonrió y se dio la vuelta para
quedar de espaldas a mí.
Estaba algo mareada. Entre la música
alta y el alcohol que llevaba en las venas, tenía los sentidos
embotados. Las piernas me fallaron y estuve a punto de caerme de no
ser porque Tom pasó sus brazos por debajo de los míos para evitar
que cayera.
-Eh, eh, ¿estás bien? -me guió hasta
la pared donde pude apoyarme.
-Sí, solo es que he bebido demasiado y
hace mucha calor -dejé el vaso medio vacío sobre una de las mesas y
pasé ambas manos por mi rostro para quitarme el aturdimiento de
encima.
-Si quieres salimos fuera .
-No, no -negué separándome de la
pared- ya estoy mejor, solo ha sido eso -le sonreí para
tranquilizarle.
-¿Segura?
-Sí -volví a sonreír.
Su atención me recordó los viejos
tiempos, cuando él y yo habíamos empezado a salir. Era un chico
encantador y estuve muy enamorada de él, pero los celos pueden
estropear cualquier cosa, aunque debía de reconocer que estaba
cambiado y para mejor.
-Bien, porque... -me pasó una mano por
el hombro y me llevó hasta el escenario- querida Alex, antes, nos he
apuntado al karaoke.
-¿¡Que has hecho qué!? -chillé
escandalizada.
-Si y nos va a tocar... -miró la hora
en su móvil y sonrió- ya.
-No, pero yo... ¡Tom!
A pesar de mis esfuerzos por darme la
vuelta, el chico me empujaba hacia las escaleras y teniendo en cuenta
que era más fuerte que yo, no servían de nada.
Un hombre que se encontraba al pié del
escenario, nos tendió un par de micrófonos y me ayudó a subir. No
es que tuviera miedo escénico, en realidad no, yo había cantado en
funciones escolares, pero no quería hacer el ridículo.
Desde allí arriba podía ver a toda la
gente del bar. Cyn que me miró sorprendida, llamó a Mía y las dos
se empezaron a reír gritando mi nombre.
-¿Qué canción quieres? -Tom me
miraba divertido, pero yo no veía la gracia por ningún lado.
-Sorprénderme -escupí con desprecio.
Me dedicó una sonrisa y se agachó
para decirle algo al oído al chico que nos había ayudado a subir;
este asintió y a continuación empezó a sonar la canción ¨Good
Time¨de Carly Rae Jepsen y Owl City. Al menos, era una canción que
me sabía.
Al principio estaba muerta de
vergüenza, me limitaba a leer y a cantar en voz baja, pero a medida
que la canción iba avanzando, me animé y acabé bailando con Tom.
Me lo estaba pasando realmente bien, como hacía mucho que no me lo
pasaba. La gente nos aplaudía y vitoreaba y eso me gustaba.
Cyn, Mía y Martin se acercaron hasta
el escenario y empezaron a aplaudirnos mientras bailaban entre ellos.
Me dio pena cuando acabó la canción, pensé en repetir, subir a las
dos chicas y cantar con ellas, pero lo pensé mejor y me eché para
atrás. Me lo estaba pasando bien, pero estaba cansada del viaje y
solo quería meterme en la cama y dormir hasta el día siguiente.
Decidimos marcharnos un rato antes de
las once y media, por aquello de que no conocíamos muy bien el
camino de vuelta y no queríamos enfadar a Marta. A pesar de su
pequeña estatura, era una mujer con mucho carácter.
Los cinco íbamos borrachos como una
cuba, algo que era muy irresponsable por nosotros debido a que se
suponía que eramos guardianes o al menos, aspirantes a ello, pero
también eramos cinco jóvenes a los que en un par de días la
libertad se les acabaría. Necesitábamos un respiro antes de nuestra
nueva vida.
Martin, Cyn y Mía iba pegando
chillidos con risas escandalosas, mientras que Tom y yo íbamos algo
más rezagados hablando de lo bien que había salido la noche.
-¿Te lo has pasado bien?
-La verdad es que sí -me reí- hacía
mucho tiempo que no me lo pasaba así de bien. ¿Y tu?
-Sí -asintió sonriente mirando a los
otros tres chicos cómo saltaban y hacían el tonto-. No pensé que
Mía y Martin fueran así. Es decir, he salido contigo y con Cyn,
pero ellos...
-Ya, yo tampoco- reconocí con un
escalofrío.
-¿Tienes frío? -Tom se quitó su
chaqueta y me la puso sobre los hombros, pero se la devolví.
-No, déjalo -le sonreí- ya estamos en
el hostal.
Agradecía el gesto que el chico había
tenido conmigo, pero me daba la sensación de que si aceptaba su
chaqueta, pensaría cosas que no eran y no quería eso. Tom estaba
bastante colado por mí y sí, tenía que reconocer que me había
molestado que por un momento dejara de prestarme atención para besar
a la otra chica. Pero no me gustaba.
Los demás ya se habían metido en sus
habitaciones cuando Tom y yo sólo íbamos por las escaleras.
Nuestras habitaciones estaban al lado, una enfrente de la otra, por
lo que subimos juntos hablando de qué nos depararía el futuro en la
nueva escuela.
-¿Estás nervioso?
-Un poco -reconoció con la mirada
perdida en la puerta de mi cuarto, tras de mí- pero estará bien.
-Sí. Quiero que llegue
mañana, ¿tú no?
-Sí si eso significa pasar más tiempo
contigo.
Di un pequeño respingo. Aquel
comentario me había pillado con la guardia baja. Sabía que Tom era
un chico que siempre se pasaba el tiempo tonteando con las chicas,
incluida yo, pero había sonado tan serio, que me chocó.
Iba a responderle con alguna gracia,
para intentar cambiar de tema y romper el silencio incómodo que se
había formado, pero no me dio tiempo. Se agachó y me besó.
Wooow wooow!
ResponderEliminarQue mala eres que ni pones un tweet diciendo que has subido, no no, eso no se hace xd jajaja
Me ha gustado esta capítulo, A sido un pelin aburrido porque no ha pasado gran cosa. Pero me ha caído bien Carter o como se llame xd Y no me explico como fingió la colección, yo no entender xd
Me ha gustado el beso de Tom y Alex! Me gusta Tom, es como Elhija *-* Creo que esto ya lo he dicho xdd
Besoos
Si lo he puesto, lo que hay veces que no salen y Alba se caga en todo T_T si quieres agregame a tuenti jaja Noticias Holmson que ahí también digo cuando subo y eso jj
EliminarSí, en este no pasaba mucho, pero es que tampoco quiero meter tanta tralla al principio
Besooos
Solo tengo que decirte que te has ganado mi corazón llamando a ese chico Carter jajajaja eres una crack y solo espero que salga más veces x aquí y que no me lo secuestren ni esas cosas eh? que nos conocemos amiguita jajaja
ResponderEliminarun beso
Es que tenía que llamarle Carter obligatoriamente, ese nombre es la leche jaja
EliminarUms.... no sé, no sé, todo de acabará sabiendo jajaja
Besoos
no empecemos así porque no eh? q luego me entran nuditos con tus novelas
EliminarSe parece mucho a "Sin Nombre". Intenta hacerlo más diferente. :)
ResponderEliminarLa verdad no sé dónde se parece a ¨Sin Nombre¨quizás en el momento en el que Marco la coge por la cintura, pero eso tiene su explicación que saldrá dentro de unos capis.
EliminarUn besoo
Bueno, en ese momento sí y luego "el salvador" y la situación es la misma, porque es más bien el salvador del Marco, la fiesta y eso es parecido a "Sin Nombre", y también como son vampiros pues tienen las mismas cualidades. Entonces es bastante parecido, pero supongo que ya cambiará. ;)
EliminarPD: Has mejorado bastante, ahora tienes muchas menos faltas y has conseguido poner bien el pronombre "mí" después de tantas veces insistiéndote jajajaja xD
Oh! Una chica nueva que comenta *-* Esto es nuevo! Jaja xdd
ResponderEliminarY bueno, esta empezando. Es normal que sea parecido, aunque yo lo veo totalmente diferente a Sin Nombre.
Pero tu dale tiempo A la novela que ya cambiará
Tatiana, llevo leyendo su novela desde que la empezó, lo que pasa es que no comentaba jajaja xD No me apetecía xD
Eliminar¡Hola!
ResponderEliminarBueno, la novela en sí me ha gustado; más por el hecho de haber dos tipos de vampiros y por la clasificación de los Wrach.
En cuanto a la ortografía, se podría mejorar; aunque está bien. Debo decir que "osea" es separado y "a sí" es junto.
Y cuando piensa Alex, lo podrías poner en cursiva o entre comillas poniendo el verbo pensar después.
Me gustaría que pusieras el color de la fuente un poco más clara. Sí, se puede leer con este color, pero estaría mejor de una tonalidad más clara.
Vuelvo a decir que me gusta la novela en sí.
Un beso.
eternidad-ana.blogspot.com.es/
Hola!!
EliminarMuchas gracias por las recomendaciones, sí, sé que tengo algunas faltas, créeme, sigo trabajando en ello, pero soy muy pava en eso.
Me alegro de que te haya gustado.
Veo que empieza a comentar más gente! Eso es muy bueno para ti y me alegro :)
ResponderEliminarEn cuanto a la historia, la verdad me he sorprendido mucho de que el camarero le dijera que sí después de lo que ella le hace, hasta que me he tranquilizado leyendo que le ha dominado la mente jajaja :)
Otra cosa que me ha hecho mucha gracia es que se emborrachen con 4 malibus con piña. Si se supone que tienen una buena constitución y encima están entrenados, eso es como un zumo. No es nada serio ni fuerte, pero es por mencionar que quizá "haría más efecto" un ron cola o un vodka con lima, o incluso un gintonic jajajaja
De todas formas muy bien, vamos avanzando la historia, y a excepción de algunas expresiones que quizá resulte muy de adolescente, me gusta la historia.
Hasta mañana!!
Bueeeno... ellas son unas chicas flojas jajajaja lo puse como término medio, no sé, ten en cuenta también que tampoco suelen salir porque la mayoría del tiempo se la pasan entrenando U_U
ResponderEliminarGracias por comentar :)